La construcción de tipo convencional, que ha logrado con el pasar de los años un crecimiento enorme, está teniendo cambios. En ella siempre han importado más los beneficios económicos, pero es momento que se considere todo lo que nos rodea. Además, profundizar con algunas reflexiones, redefinir el cómo deseamos continuar nuestro crecimiento. Lo ideal es crecer tratando de formar un entorno más saludable y natural que nos favorezca como seres humanos.
Síndrome de la Edificación Enferma
La Organización Mundial para la Salud indica que en la población de occidente un 20% se encuentra afectada por un Síndrome de la edificación enferma. Este síndrome está compuesto por un grupo de molestias ocasionadas por elementos contaminantes que existen dentro de las casas actuales.
De la totalidad de materiales que se encuentran a nuestro alrededor, existe un enorme porcentaje del que no se conoce la influencia. Es un análisis que se dificulta porque contienen ingrediente que aún no están declarados. Aunado a esto, muchos presentan composiciones creadas muy recientemente, y sus efectos aún se desconocen. Resulta que, la ley regula la declaración de las composiciones de los materiales. Pero los compuestos con pocos porcentajes no tienen que declararse. Y allí se pierde completamente la transparencia del material, dificultándose nuestra elección como usuario final del material.
Un ejemplo
Como ejemplo podemos mencionar el caso de la pintura ecológica. Ella hace la declaración del 5% de los ingredientes orgánicos. En este mismo sentido, el término orgánico se origina de la química orgánica. Así que no son ingredientes inocuos, son sustancias adhesivas basadas en el propio petróleo. En el mundo de la decoración y construcción se tiene conocimiento de unas 50mil sustancias con efecto tóxico. Y son sustancias que continúan comercializándose aun cuando su cualidad tóxica es conocida.
Este tipo de situaciones conllevan a una proliferación de ciertas enfermedades que tienen como origen el interior de las viviendas. Por ejemplo, pueden causarse diversas clases de alergias. También puede presentarse electrosensibilidad, una enfermedad bastante común. En el peor caso puede generarse SQM, la intolerancia a sustancias químicas.
Realmente lo ideal es lograr que el espacio en donde habitemos nos genera bienestar tanto físico como psíquico. Que la vivienda logre protegernos y darnos bienestar como si fuera una tercera piel, luego de la ropa y la piel con la que nacimos.