Uno de los estudios realizado por la Universidad de Colorado Boulder, en Estados Unidos, trata sobre el uso de microorganismo en materiales destinados a la construcción. Son microorganismos con la capacidad de transformar la mezcla de arena y gelatina en material vivo, resistente y de baja emisión de CO2.
Es un estudio que trata sobre la introducción de bacterias en el campo de la construcción. Específicamente, el equipo encabezado por Will Srubar, analiza la biomímesis. Es un proceso en el que se ahorran las emisiones del CO2, mediante el uso de cianobacterias fotosintéticas pertenecientes al género Synechochccus. Estás bacterias aprovechan tanto el CO2 como la energía solar para producir biominerales, indispensables para mejorar las propiedades de tipo mecánicas de los materiales. Es una especie de aditivo vivo para crear una estructura mejorada del material.
Desarrollo de la investigación
Las bacterias usadas se alimentan del dióxido de carbono, el cual le facilita su desarrollo. Durante dicho proceso se forma el carbonato cálcico, un elemento principal de las piedras calizas.
El desarrollo de la investigación consistió en la inoculación de bacterias dentro de una especie de molde con hidrogel y arena. Es un molde tipo incubadora, en el cual las bacterias crecen y se desarrollan. Mientras que, el hidrogel le otorga nutrientes e hidratación. El proceso es muy parecido al que se lleva a cabo en el molusco marino.
Cuál fue el resultado
El resultado de la investigación ha sido la creación de un resistente material, equiparable a un mortero. El director de la investigación, Will Srubar, aseguró que se puede pisar sobre el material resultante y éste no se rompería.
Los bloques creados son bloques vivos, pues, poseen la capacidad para reproducirse. El boque puede partirse en diversos trozos, pero, debido a las bacterias, éste podrá continuar creciendo hasta alcanzar la misma forma y dimensión del molde en dónde se encuentre. Por supuesto, agregándole más hidrogel, nutrientes y arena.
Importancia de la investigación
Will Srubar nos explicó que, tal como conocemos el medio de la construcción, representa un entorno muy estático y estéril. Por esto, la investigación que realizó su equipo, tuvo como objetivo eliminar el límite entre ese medio construido y la propia naturaleza, otorgándole vida al material usado en construcción.
Realmente, la biología desempeña un enorme papel. Pues, participa protagónicamente tanto en el proceso de fabricación de un resistente y fuerte material para la construcción, como para que el material logre regenerase luego de utilización.
El mantener vivas las bacterias en los materiales para la construcción, acerca más aún la posibilidad de que las propias edificaciones curen sus fallas. En un futuro no tan lejano, las edificaciones vivas curarán sus gritas, podrán aspirar cualquier toxina peligrosa que exista en el aire. Incluso podrán, a voluntad, emitir luz.
Consideraciones sobre la fabricación del cemento
El proceso de fabricación del cemento más común hasta ahora, hace todo lo contrario que los materiales vivos. Para crear cemento se necesita un valor significativo de calor, que lo otorga, normalmente, la combustión de fósiles. El problema es que la quema de estos fósiles arroja al ambiente los gases con efecto invernadero. Según algunas estimaciones, el cemento es responsable del 7% de la emisión de carbono que se produce a nivel mundial.
Algunas limitantes de la investigación
La investigación que se llevó a cabo posee ciertas limitantes al momento de mantener una condición óptima. En primer lugar, las bacterias solo prosperan con cierto porcentaje de agua en el aire que la rodea. En relación a este aspecto, el equipo de investigación comprobó el tiempo de sobreviviencia de los microorganismos dentro de ladrillos, para lo cual, los mantuvieron con un 50% de humedad relativa. Pero, para que el ladrillo mantenga su capacidad máxima a nivel estructural, éstos deben estar completamente seco.
Como ves, se debe lograr la relación exacta entre las condiciones bajo las cuales se almacena el ladrillo y su humedad relativa. De esta forma se protegería tanto la vida de las bacterias como la resistencia estructuras que debe poseer.
Dentro del laboratorio, se hace realmente posible lograr esta relación exacta, ya que se tanto la temperatura y la humedad se controlan mediante interruptores. Allí es fácil tomar el control del crecimiento de las bacterias y lograr la estabilidad necesaria para que el material siga ofreciendo la necesaria resistencia estructural.